Últimamente pienso en hacerme daño, así no me siento triste, creo que llegué a mi límite. Por otro lado, la maternidad es abrumadora, quiero libertad, necesito espacio y no sentir que cuando me equivoco soy la peor madre del mundo. A veces me siento indiferente a lo que sucede alrededor, o a cómo se sienten las personas, muchas veces no me importa. Lo raro de todo es que siempre me importó como se sentían los demás, de tratar de solucionar sus problemas cueste lo que me cueste.