Les cuento mi sentir en este último tiempo: son muchas las emociones que me ha tocado sentir y vivir en este periodo de pandemia. Agradecida principalmente por la bendición de estar viva y contar con cada miembro de mi familia, todos bien, gracias a Dios.
Cuidar de mi madre de 99 años, con demencia senil, es gratificante y a la vez agotador, por las crisis de agresividad que tiene, pero cuando hay amor todo es más llevadero, sacas energías de lo más profundo de tu ser y sigues. Por mi viejita y por mi familia, porque tengo al más grande junto a mí, Dios padre y Dios hijo, nos llena de fortaleza cada mañana y renueva nuestras energías.
Un abrazo y gracias por este espacio.