Me cuesta mucho empezar el día. A veces no tengo ánimo para hacer mis cosas, y siempre me invade una tristeza que día a día tengo que combatir y es agotador, porque sé el origen, pero no tengo solución. Me la llevaré a mi otra vida. Solo Dios me sustenta, es mi consolador, gracias a él puedo tener días mejores. Me dio una hermosa familia, unos hijos maravillosos que son mi razón de vivir, y un compañero con el que, con altos y bajos, llevamos 33 años acompañándonos, y tratando de seguir adelante. Gracias, Dios amado.