Actualmente lo único que me lleva a la angustia es el ritmo de trabajo que me da mi empleador, quien se aprovecha de los avances tecnológicos para sobreexigir a la operación con cargas de trabajo difícil de mantener al día. Muchas veces (por no decir a diario) debo quedarme hasta más tarde gestionando. Gracias a la pandemia hubo una disminución de la carga de trabajo, pero ya a estas alturas obviaron la pandemia y se evidencia una mayor exigencia respecto a los años anteriores.