El día a día es duro. Es duro sentirse cansada, agotada y no poder decirlo, porque si te expresas y dices que estás cansada, te culpan por no aguantar lo suficiente y no rendir como ellos quieren. La cotidianeidad mata, el estar desde la casa al trabajo -y viceversa- mata, trabajar 24/7 mata, y dar todo lo que tienes para que nadie lo reconozca es una mala sensación.

Siento cansancio de estar esclavizada a esta realidad, de esforzarme para que otros se lleven el reconocimiento, y lo peor es que todos los días despierto con ganas de que termine el día, y que pasen y pasen los días, y poder estar tranquila, sin cargas mentales. Lo peor de todo es que siento que ya no me gusta lo que hago, y el amor a esa tarea que realizo día a día se transformó en sacrificio en vano.

Qué ganas de decir todo lo que siento sin sentirme culpable por dañar a las otras personas, sin sentirme culpable por expresarme libremente. Qué ganas de gritar todo.

Escuchar es ayudar

¿Alguna vez alguien te contó un problema sobre su salud mental?
Para poder superar situaciones complicadas lo primero es hablar con otros. Y saber qué decir es clave para poder ayudarnos.

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