Tengo 73 años y estoy triste todo el tiempo, y lloro mucho. Siento que todo lo hice mal. Tengo el cariño de mis hijos, pero siento que mi única hija no me quiere, no es de piel.
Nada me motiva, ni siquiera el amor de mis nietos, a quienes amo. Ni el amor de mi marido de hace 54 años. La ansiedad y la angustia son mis compañeras. Mientras más vieja peor es.