Gracias a Dios ya me siento más segura y confiada en que puedo colocar en práctica lo que he aprendido. Me siento más segura de mí misma, va subiendo el amor a mí misma. Es como colocar los cimientos de una gran construcción. Si pienso en lo que me falta por hacer, me canso mentalmente. Mas si avanzo a diario en pos de mis metas, siento que sí puedo lograrlo.
El águila es un ave muy grande y pocas aves se atreven a atacarle. Una de ellas es el cuervo, y cuando el cuervo ataca al águila, el águila vuela, vuela y vuela más alto. A pesar de estar siendo herido, gana en su territorio, el más alto de los cielos. Ahí es donde le quita el oxígeno al o a los cuervos.
El águila, a sus 40 a 45 años, debe tomar una dura decisión, que es la de morir o vivir. Y si escoge vivir, debe ir a un lugar apartado y sacarse todo, hasta el pico, para así continuar viviendo otros 30 años. Es un proceso doloroso pero necesario.
Es hora de refortalecerse y vivir este proceso. Tomar las fuerzas necesarias que nos da un Dios vivo y continuar el vuelo.