Llevo dos años con angustia, siempre con ganas de llorar: Perdí a mi esposo por un cáncer terminal el 20 de noviembre de 2019, y desde entonces no he podido arribar. Trato, estoy un tiempito bien y vuelvo a decaer. Me doy ánimo de salir a trabajar pero llego a la casa y está ese vacío que dejo él… He ido al psicólogo y siento que no es mucho el cambio.