Primero que nada, agradecer a mi padre celestial por la vida, la salud y el trabajo con el cual me ha mantenido.

No puedo sanar mi resentimiento con mi progenitor, y el perdón de mis hijas, cada una con lo suyo. Mi cargo de conciencia es eterno. Ni esta pandemia ni ninguna otra lograrán cerrar heridas, que si bien es cierto esta cicatrizadas, me permiten ver situaciones de diferentes ángulos. No creo que algún especialista lograría amortiguar lo que siento.

Trataré de ser feliz, en lo que me queda de existencia, con ayudar a los demás y canalizarlo en mi trabajo, el cual hago con mucha vocación y entrega. No me quejo de lo que me ha tocado pasar, pero me hubiese gustado tener un poco más de miras a futuro.

Escuchar es ayudar

¿Alguna vez alguien te contó un problema sobre su salud mental?
Para poder superar situaciones complicadas lo primero es hablar con otros. Y saber qué decir es clave para poder ayudarnos.

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