Me siento muy sola, triste, ya no le importa a nadie, no tengo con quien conversar, sólo quiero morir. A veces salgo a caminar sola, pero nada me distrae, sólo siento más tristeza y lloro. Mis hijos siempre están ocupados, a veces creo que la vejez es muy dura y no vale la pena vivirla.