Me despierto muy temprano por la mañana y no tengo problemas para dormir, pero me he tenido que enfrentar con la pena, la ausencia, el dolor y la soledad.
Mi viejita falleció en noviembre del 2020, vivíamos juntas, estaba bajo mi cuidado, mi vida era en torno a ella y ahora ya no está… La extraño demasiado y en algún momento he escuchado su voz y no puedo evitar llorar…
Soy muy optimista y feliz, pero hay episodios en los que vivo todas las emociones al mismo tiempo y hasta le he pedido me lleve con ella.