No ha sido fácil, con mi esposo tratamos de salir temprano, caminamos mucho, llegamos cansados, tomamos desayuno, y hacemos las labores del hogar, jardineamos un poco, interactuamos con nuestros perros. La rutina a veces nos afecta el ánimo, nos enojamos y cada uno hace algo diferente, yo leo, él ve TV.
La vida nos ha demostrado que tenemos suerte de seguir aquí para contar nuestra experiencia. Somos adultos mayores. Gracias a Dios por permitirnos seguir con vida. Bendiciones.
Pronto podremos abrazarnos todos juntos y poder cantar “Gracias a la vida”…