Todos los días que quiero llorar, me duele el cuerpo. Estoy adolorida y cansada. En mi trabajo no me valoran, gano una mierda, no me alcanza para la u de mi hijo mayor y tengo que mendigar al papá de él. También mi esposo me fue infiel. La vida me ha tratado muy duro y sigo luchando. Día a día le pido a Dios que cambie mi situación, pero nada. Aunque no pierdo la fe de que Dios no me abandona.