Hace 5 días intenté abrirme las venas. La verdad, fallé porque el dolor hizo que me desmayara por unos segundos. No puedo seguir así.

Hace 3 semanas, un señor mayor que era amigo y como un padre para mí intentó propasarse. No. Logró propasarse y manosearme. Quedé congelada. No puedo creer que haya sucedido, no solo por la confianza que rompió, sino porque también es mi jefe, y cuando quiso conversar solo fue porque “me vio incómoda” y me pidió que no dijera nada. Claramente no quería disculparse, sino que quería llegar a más, y por mi rechazo e insultos acudió a la cobarde excusa del silencio.

Ya no quiero ir a trabajar. Solo oír su nombre me da náuseas. Me trajo consecuencias hasta en mis propias emociones. Ya no siento nada por nadie. Como no puedo denunciar porque es mi palabra contra la de él, se aprovecha de que el ambiente laboral es bien machista, y la gran mayoría de los colegas tomarían partido contra mí, humillando. Hoy supe que comenzó su campaña de desprestigio contra mí en cosas muy pequeñas, para dejarme como irresponsable y calculadora.

No sé cómo salir adelante. Sé que eventualmente lo debo enfrentar, pero para esa fecha ya quizás me habrá despedido. Haré una constancia de respaldo en alguna comisaría, solo para que no quede impune porque la verdad es que actúa como si nada haciéndome sentir vulnerada, usada y débil.

Sé que intentaré quitarme la vida nuevamente. Aguantaré quizá hasta dejar la constancia junto con escribir mi carta final y que todos sepan la verdad. Al menos así muerta no podré escuchar a los que me critiquen y tachen de mentirosa.

Necesito ayuda… al menos para esos días en que quizás deba seguir viviendo.

Escuchar es ayudar

¿Alguna vez alguien te contó un problema sobre su salud mental?
Para poder superar situaciones complicadas lo primero es hablar con otros. Y saber qué decir es clave para poder ayudarnos.

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