Este último tiempo han pasado demasiadas cosas en mi vida. Dos de mis hijos decidieron marcharse, no aguantaron las reglas en nuestro hogar. Ellos quieren tener libertad para fumar marihuana, tomar a cualquier hora y hacer en nuestra casa lo que quieren. Junto a su padre pusimos reglas, quizás tardías y no las respetaron. Tuvimos que pedirle a uno de ellos que se marchara y su hermana quiso acompañarlo a vivir como ellos quieren.
Ambos son adultos, pero desde lejos no han dejado de hostigarnos. Yo sufro de crisis de pánico y ansiedad. Están siendo tiempos difíciles, pero aquí estoy positiva y esperando que algo ilumine a mis hijos. No quiero que nada malo les pase, pero ya no puedo vivir con ellos. No nos respetan.