A veces siento que no tengo una motivación para levantarme por las mañanas. Mi madre de 91 años tiene una enfermedad crónica terminal, verla sufrir y los cuidados que requiere me agotan.
Mis amigas y compañeras de trabajo son un gran apoyo, y también puedo sentirme culpable de desear que todo el sufrimiento de mi madre termine ya.