Han sido días difíciles después de luchar tanto por un amor, y cuando al final veíamos que todo sería felicidad, la muerte nos arrebató la oportunidad de estar juntos. De ahí mis días son oscuros, grises, sin motivación, siento que hasta el aire que respiro me pesa, y lo peor es que te preguntas dónde está la familia, los amigos, los cuales se supone que deben contenerte. En fin, es lo que nos tocó.

Subí a un piso 15 ayer, con la determinación clara de acabar con esta agonía, este sufrimiento, pero cuando llegué y sentí el aire en mi cara, y pude contemplar cómo el sol se iba escondiendo, tuve un momento de lucidez que me permitió reaccionar y no tomar la decisión que iba a tomar.

Si bien lloré como nunca, la pena, la angustia no desparecen. Fueron 10 años junto a una pareja que amé mucho, pero pensé en sus últimas palabras, que fueron “vive un día a la vez, y vívelo a concho”.

Pero te preguntas cómo se hace, cómo te pones de pie. Siento que estoy cayendo en un hoyo, pero no tengo ni ideas ni pensamientos claros, solo espero y confío que el universo me ayude. Me da vergüenza buscar ayuda, y tengo miedo, un miedo enorme a tomar una decisión equivocada 🙁

Escuchar es ayudar

¿Alguna vez alguien te contó un problema sobre su salud mental?
Para poder superar situaciones complicadas lo primero es hablar con otros. Y saber qué decir es clave para poder ayudarnos.

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